Un estudio realizado en más de 1.000 mujeres de Argentina, Brasil, Chile, México y Uruguay halló que la ascendencia genética influye en el subtipo de cáncer de mama. Las mujeres con mayor herencia indoamericana tienen más chances de desarrollar tumores HER2, más agresivos, pero con tratamiento específico disponible. El hallazgo podría modificar estrategias de salud pública y garantizar un acceso más equitativo a terapias costosas.
Un equipo internacional de investigadores confirmó que existe una relación directa entre la ancestría genética y el riesgo de desarrollar determinados subtipos de cáncer de mama. El hallazgo surge del Estudio de Perfil Molecular de Cáncer de Mama (MPBCS), en el marco de la Red Latinoamericana de Investigación en Cáncer (LACRN), que analizó a más de mil pacientes de Argentina, Brasil, Uruguay, Chile y México. La investigación fue liderada por las científicas argentinas Andrea Llera y Laura Fejerman, y publicada en la revista Cancer Research Communications.
El dato más relevante del estudio es que las mujeres con una mayor proporción de ascendencia indoamericana presentan un riesgo significativamente más alto de desarrollar tumores con la vía de la proteína HER2 activada, conocidos como HER2-enriquecidos. Este subtipo de cáncer de mama es uno de los más agresivos, pero también uno de los que cuenta con terapias específicas que han mejorado los pronósticos en los últimos años.
“Los resultados confirman lo que ya habíamos observado en estudios previos en Perú, y destacan la necesidad de estudiar nuestras propias poblaciones”, afirmó Andrea Llera, doctora en Bioquímica del Laboratorio de Terapia Molecular y Celular de la Fundación Instituto Leloir (FIL). “Esto no suele detectarse en estudios realizados en poblaciones del hemisferio norte”, agregó.
El análisis reveló que un aumento del 10% en la ascendencia indoamericana se asocia con un incremento del 21% en las probabilidades de desarrollar un tumor HER2. Por el contrario, un aumento similar en la herencia europea reduce el riesgo en un 14%. En países como Chile y México, la proporción de mujeres con más del 30% de genética indoamericana es alta, pero en Argentina también se observó una cifra significativa: 28% en promedio entre las pacientes analizadas.
En nuestro país, el estudio contó con la coordinación del doctor Osvaldo Podhajcer y la participación de profesionales del Hospital Eva Perón (San Martín), del Instituto Roffo y del Hospital Marie Curie, en la Ciudad de Buenos Aires.
Si bien los tumores HER2 tienen peor pronóstico, desde hace algunos años se dispone de tratamientos específicos que mejoran significativamente la sobrevida. Sin embargo, su alto costo y las dificultades de acceso representan un desafío para los sistemas de salud públicos de la región. “Este hallazgo es también un llamado de atención para garantizar que las pacientes que más lo necesitan accedan en tiempo y forma a estas terapias”, subrayó Llera.
Con unos 220.000 nuevos casos anuales, el cáncer de mama es la forma más común de esta enfermedad entre las mujeres latinoamericanas. Por eso, identificar las particularidades genéticas de cada población y conocer el subtipo tumoral que desarrolla cada paciente resulta crucial para diseñar políticas sanitarias más efectivas y equitativas.
“Esta validación de algo que sospechábamos, pero no teníamos la certeza, nos convenció de que debemos seguir buscando las causas y, sobre todo, evaluar el impacto del acceso oportuno a la medicación específica”, concluyó Llera, quien también coordina la Red de Estudio de la Diversidad en Cáncer de Mama (REDICAM).