En 1918 en la Argentina existían solamente tres universidades nacionales: la de Córdoba, fundada en 1613, la Buenos Aires, fundada en 1821 y la de La Plata, de 1890. La matrícula de las tres juntas llegaba por aquel entonces a catorce mil alumnos.

Hasta ese año, a las Universidades sólo asistían los hijos del poder, y el desarrollo científico estaba limitado a ciertos intereses.

Ese escenario comenzó a cambiar cuando un grupo de estudiantes de la Universidad de Córdoba protagonizó una de las gestas más significativas en la historia educativa del país. A partir de una huelga general declarada el 31 de marzo de 1918, se inició un proceso de movilización que culminaría en la Reforma Universitaria, que consolidó cambios que establecieron el cogobierno, la libertad de cátedra y la autonomía universitaria.

Estos principios, nacidos con la Reforma, se expandieron a otras universidades del país y de América Latina, influyendo en procesos políticos y educativos regionales. 

"Es importante recuperar lo que significa la Reforma Universitaria, que es una pelea vieja", dijo a este medio el rector de la Universidad Nacional de Jujuy, Mg. Ing. Mario Bonillo y contó que "el primer antecedente está en Marruecos, donde el faraón decía qué se investigaba, qué se hacía, qué se experimentaba y qué se enseñaba".

"Después, en la época de los romanos, la universidad estaba muy pegada a la Iglesia, y en la Universidad de Bolonia se busca hacer una separación con la Iglesia. La gran discusión era si la Tierra giraba alrededor del Sol o si el Sol giraba alrededor de la Tierra, y eso detenía el avance científico porque iba en contra de las creencias de la Iglesia. Y la verdad es que la ciencia es crítica, y para ser crítico se necesita un sector empoderado que represente a todos los sectores, y necesita protección de ese empoderamiento", agregó.

El rector señaló que en la Reforma de 1918 "se avanza en la lógica del poder horizontal en todos los sectores, en esa lógica de una universidad crítica para generar novedad y ciencia", porque "si uno no cuestiona lo que está, es difícil generar cosas nuevas. Si Einstein no hubiese sido crítico de la teoría de Newton, no hubiera habido el desarrollo de fórmulas matemáticas y modelos que generaron tecnologías muy importantes en la actualidad."

"Ése es el gran paso de la Reforma: porque antes estaba solo la Iglesia y un grupo de familias que accedían y decidían qué se hacía en la universidad. Eso hoy, en la universidad, está representado en los Consejos Superiores de todos los que integran la universidad, para proteger la libertad de cátedra y la autonomía, que protege la posibilidad de ser críticos y poder generar ciencia".

Hace 107 años, la Reforma Universitaria sentó las bases de una universidad más democrática, con libertad de cátedra, autonomía y cogobierno. Aquella lucha estudiantil iniciada en Córdoba en 1918 transformó para siempre la estructura del sistema universitario argentino, y sus principios lo siguen guiando hasta hoy.