El próximo miércoles 27 de agosto, en el Instituto de Biología de la Altura de la Universidad Nacional de Jujuy (Av. Bolivia 1661, San Salvador de Jujuy), se llevará a cabo la proyección de los documentales “Vicuñas” y “Pachamama: Hanan Pacha”, en el marco del ciclo de cine científico “Animales Sagrados de las Alturas”. La actividad, organizada en el contexto de la Semana Provincial de la Ciencia y la Tecnología, se desarrollará en dos horarios: 11:00 y 17:00 horas, con entrada libre para todo público.
El documental "Vicuñas" está dedicado a la ecología y conservación de la vicuña. El documental "Pachamama: Hanan Pacha" está dedicado a la ecología y conservación del cóndor andino, especie emblemática y amenazada.
La docente e investigadora del Instituto de Biología de la Altura (Inbial) de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNJu e integrante del Instituto de Ecorregiones Andinas (INECOA, CONICET-UNJu), Yanina Arzamendia, destacó en UNJu Radio la importancia del documental, que refleja el proceso de manejo en silvestría de la vicuña.
Este animal, propio de las regiones altoandinas a más de 3.500 metros de altura, habita en toda la Puna jujeña y constituye una especie clave para la conservación de la biodiversidad. En la actualidad, se estima que en la Argentina existen más de 100.000 vicuñas.
Arzamendia explicó que el procedimiento se lleva a cabo en el menor tiempo posible para reducir el estrés del animal, que consiste en capturarla, esquilarla y liberarla en el mismo lugar donde fue hallada.
En la actualidad persisten serias amenazas. “Aún existe la caza furtiva, que impacta en las poblaciones y en los canales de comercialización, ya que muchas vicuñas son asesinadas para obtener sus fibras”, advirtió la investigadora.
La doctora en Ciencias Biológicas, Rayen Estrada Pacheco, becaria Postdoctoral del CONICET y miembro del Programa de Conservación del Cóndor Andino, explicó en UNJu Radio que esta ave posee características únicas: puede volar hasta 350 kilómetros en un solo día, tiene una longevidad de más de 75 años y presenta una tasa reproductiva muy baja, ya que solo pone un huevo por ciclo y el período de crianza puede extenderse hasta seis meses.
Más allá de su majestuosidad, el cóndor cumple una función ambiental importante: como carroñero, contribuye a la eliminación de cadáveres y restos orgánicos en descomposición, previniendo posibles focos de infección que afectarían tanto a seres humanos como a otras especies.
“Es fundamental respetar y aprender a coexistir con el cóndor andino”, destacó Estrada Pacheco.
