La comunidad educativa de la Escuela Nº298 "Dr. Plinio Zabala" de El Pongo decidió tomar el establecimiento y suspender las clases, tras la explosión de la cocina que ocurrió hace tres semanas. Padres, madres y tutores denuncian un abandono total por parte del Gobierno de la Provincia de Jujuy en una institución centenaria que se encuentra en condiciones críticas: pérdidas constantes de gas, techos deteriorados, baños en estado deplorable, roedores en las aulas, cables eléctricos expuestos, matafuegos vencidos y un pozo a cielo abierto detrás del jardín que representa un riesgo de muerte para los niños.

Además, los estudiantes llevan meses sin comedor escolar, a pesar de que muchos provienen de zonas rurales y familias de bajos recursos. El intento de reemplazar la cocina dañada por un equipo usado y de menor capacidad fue calificado por los padres como una burla. También denuncian que cuadrillas del Ministerio de Educación se limitan a firmar planillas de asistencia sin resolver los problemas de fondo. En este marco, exigen la renuncia inmediata de la directora Rosa Benítez, a quien acusan de incapacidad, mala gestión y complicidad con el abandono. Hasta tanto el Gobierno Provincial garantice condiciones seguras y dignas, no permitirán el ingreso de alumnos, docentes ni personal de servicio.

Micaela Arias, madre de un alumno, relató en UNJu Radio que el detonante fue que hace tres semanas explotó la cocina por una fuga de gas. También otros problemas como el tanque de agua está deteriorado, los techos y cables de luz en mal estado, hay roedores y los matafuegos no están cargados. Primero redujeron la jornada completa a media jornada y luego suspendieron directamente las clases. “Ante este panorama los padres decidimos tomar la escuela, porque representa un peligro para los alumnos y docentes, y queríamos que se conozca y visibilizar la situación. La matrícula es de 40 alumnos, con 12 docentes y 3 de personal de limpieza, que también están en riesgo. Desde la explosión se cortó el servicio de comedor y los niños deben desayunar en casa; a media mañana solo les daban frutas o yogur. Después de que se difundió el problema, se acercaron funcionarios, pero la solución que trajeron fue una cocina pequeña que no abastece. Incluso fuimos amedrentados por la policía, que quiso ingresar por la fuerza, pero les dijimos quiénes podían entrar y por dónde”, afirmó.

"Vamos a seguir hasta que esto se solucione, no vamos a mandar a nuestros hijos hasta que la escuela esté en condiciones", concluyó.