El 7 de julio se celebra el Día Nacional de la Conservación del Suelo, establecido en 1963 por decreto de la Presidencia de la Nación en memoria del Dr. Hugh Hammond Bennet, investigador estadounidense que trabajó constantemente en busca de la preservación de la integridad del recurso natural suelo, cuya importancia es vital para la producción agropecuaria.

En nuestro país, el 75 por ciento del territorio está sujeto a procesos erosivos causados por las actividades agrícolas, ganaderas y forestales, y la desertificación es el resultado de fenómenos naturales que pueden agruparse en tres grandes categorías: la deforestación, el uso desequilibrado del suelo y el mal uso de la mecanización. A medida que aumenta la degradación de las tierras, también se degrada la calidad de vida de quienes la habitan.

En ese marco, Gabriela Fernández, docente de la cátedra de Manejo del Suelo y Riego de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Jujuy, al hacer referencia particularmente a la provincia, expresó que tiene ambientes “muy diversos, pero existen problemas de degradación del suelo, perdida de la productividad, contaminación, y desde la cátedra, como así también desde el INTA, siempre estamos promoviendo el cuidado y un uso sostenible del suelo”.

“Uno cree que es una responsabilidad solo de los productores, pero como ciudadano tienen que conocer cuál es la función del suelo, su importancia y como debemos cuidarlo”, destacó.

Por último, Fernández, recalcó que si un suelo tiene cobertura “es un suelo que tiene más vida, a veces se piensa que el suelo solamente nos da nutrientes para los alimentos, pero el suelo está vivo y es un organismo que no se renueva, se necesitan cientos de años para formar un centímetro de suelo, tiene muchas funciones que no se tienen en cuenta”.