En el marco de la conmemoración en Argentina del Día del Paciente con Artritis Reumatoidea, el grupo de Ayuda Mutua al Paciente con Artritis Reumatoidea (A.M.A.R.) realizó el pasado viernes una jornada de concientización en instalaciones del Teatro Select. El diagnóstico precoz y la medicación son fundamentales para que los pacientes con AR mejoren su calidad de vida.
El 24 de octubre se conmemora en Argentina el Día del Paciente con Artritis Reumatoidea, con el objetivo de reconocer la empatía y el altruismo de los pacientes que ayudan a otros a sobrellevarla.
Por otra parte, se busca que la comunidad tome conciencia acerca de esta patología que, en el país, afecta a más de 400 mil personas y que, con tratamiento oportuno es posible mejorar la calidad de vida.
La artritis reumatoidea es una enfermedad inflamatoria autoinmune, es decir, que el sistema inmunológico del cuerpo ataca a sus propios tejidos, incluyendo a las articulaciones; en algunos casos graves, ataca a los órganos internos.
Tiene un origen desconocido, pero hay factores genéticos que la convierten, en algunos casos, en hereditaria. Se destaca que, con un diagnóstico oportuno y con la medicación correspondiente, los pacientes mejoran su calidad de vida.
Al respecto, Verónica Sandoval, Medica clínica reumatóloga MP 3507, expresó que los síntomas principales son el dolor y la inflamación articular, la rigidez, la sensación de entumecimiento de las manos, y la disminución de la fuerza en las extremidades.
En ese sentido, destacó que entre los factores de riesgo se encuentra el tabaquismo, como así también los antecedentes genéticos familiares.
Consultada por el tratamiento específico, Sandoval, subrayó que con el diagnóstico precoz “podemos evitar la discapacidad del paciente, evitar la deformación de los dedos, y que las personas puedan realizar su vida cotidiana normal”.
“Una vez detectada la enfermedad es fundamental que sigan con el tratamiento, dado que es frenador de la enfermedad, y evitará que evolucione hacia la discapacidad”, puntualizó.
Según la Organización Mundial de la Salud:
En 2019 había en el mundo 18 millones de personas con artritis reumatoide.
Alrededor del 70% de las personas que tienen esta enfermedad son mujeres, y el 55% son mayores de 55 años (1).
La artritis reumatoide causa síntomas moderados o graves a 13 millones de personas, que podrían aliviarse con rehabilitación.
Aunque la artritis reumatoide es una enfermedad autoinmunitaria sistémica que ataca a varios sistemas corporales, la afectación más frecuente es la de las articulaciones de las manos, las muñecas, los pies, los tobillos, las rodillas, los hombros y los codos.
Magnitud del problema:
La artritis reumatoide suele debutar en la sexta década de la vida y afecta entre dos y tres veces más a las mujeres que a los hombres. Es más prevalente en los países industrializados, debido a factores demográficos (la edad media es más elevada en estos países), a la exposición a toxinas del entorno y a los hábitos de vida, pero muchos casos que se dan en los países de ingresos medianos y bajos no se diagnostican.
Signos y síntomas:
La artritis reumatoide causa inflamación y dolor en una o varias articulaciones. Aunque puede afectar a cualquier articulación, es más frecuente en las pequeñas articulaciones de manos, muñecas y pies.
La artritis reumatoide es crónica y, si no se trata, se puede agravar con el tiempo. Puede afectar gravemente al sistema inmunitario y dañar el corazón, los pulmones y el sistema nervioso.
Sus signos y síntomas tempranos son:
dolor
rigidez
sensibilidad
hinchazón o enrojecimiento en una o más articulaciones, normalmente en los dos lados (por ej., ambas manos o ambos pies).
Los síntomas pueden empeorar con el tiempo y extenderse a otras articulaciones, como las rodillas, los codos y los hombros, dificultando la realización de tareas cotidianas como escribir, sujetar objetos con las manos, caminar o subir escaleras.
Los afectados suelen sentir cansancio, malestar general (por ejemplo, fiebre, problemas de sueño, pérdida de apetito) y síntomas depresivos.
El dolor y la dificultad para moverse pueden perjudicar la actividad sexual y las relaciones íntimas y causar una reducción de la forma física, dependencia, incapacidad laboral, pérdida de bienestar y problemas de salud mental.
Causas y factores de riesgo:
Aunque todavía no se saben las causas específicas de la artritis reumatoide, se conocen varios factores de riesgo sobre los que se puede actuar cambiando de hábitos (por ejemplo, sobre el tabaquismo y la obesidad) y otros en los que, en cambio, no se puede intervenir (como la herencia genética, el sexo femenino y la edad).
Prevención y control:
Se han propuesto varias estrategias básicas de prevención para evitar que aparezca esta enfermedad o para contener su evolución, como evitar la inhalación de sílice u polvos, así como otros riesgos laborales, y modificar ciertos hábitos (por ejemplo, no fumar o dejar de hacerlo, llevar una alimentación saludable, realizar actividad física, controlar el peso corporal y mantener una buena higiene dental). Asimismo, algunos datos indican que la lactancia materna puede proteger a las mujeres.
Atención y tratamiento:
La artritis reumatoide no tiene cura, pero sus síntomas se pueden aliviar. Con ese fin, distintos profesionales de la salud guían al paciente en un proceso de rehabilitación individualizado según sus necesidades y preferencias.
El diagnóstico y el tratamiento precoces pueden aliviar los síntomas, retrasar el avance de la enfermedad y prevenir la discapacidad. En algunos casos, la enfermedad puede remitir.
Los tratamientos ayudan a mejorar y mantener la movilidad articular y la fuerza muscular, a reducir y soportar el dolor y a aumentar la capacidad de hacer actividades cotidianas y ejercicio físico.
Las tecnologías de apoyo, como las ortesis y los productos de apoyo para el cuidado personal ayudan a proteger las articulaciones y a realizar actividades con eficacia y autonomía.
Se pueden prescribir medicamentos para reducir la inflamación, el dolor y la hinchazón:
antiinflamatorios no esteroideos
glucocorticoides
fármacos antirreumáticos modificadores de la artritis reumatoide
agentes biológicos.
En los casos graves, la cirugía ortopédica puede reducir el dolor y restituir el movimiento, si bien es importante completar la rehabilitación tras la intervención para obtener unos resultados óptimos.
Los pacientes deben llevar un estilo de vida saludable y se les ha de brindar información y asesoramiento para ayudarles a controlar los síntomas y realizar sus actividades laborales.
Cuidados personales:
La artritis reumatoide es una enfermedad crónica que afecta a muchos aspectos de la vida. A menudo, los afectados y sus familiares deben cambiar de hábitos.
Si se les brinda información y ayuda, las personas con artritis reumatoide pueden aprender estrategias para hacer frente a la enfermedad. Es importante mantener hábitos saludables, la actividad física regular y una alimentación adecuada

