Las Naciones Unidas declararon el 20 de mayo como el Día Mundial de las Abejas con el objeto de crear conciencia sobre la importancia de los polinizadores, las amenazas a las que se enfrentan y su contribución al desarrollo sostenible.
Según la Organización de las Nacionales Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) la celebración anual del Día Mundial de las Abejas permite sensibilizar acerca del papel esencial que las abejas y otros polinizadores desempeñan en el mantenimiento de la salud de las personas y del planeta, así como sobre los muchos desafíos que afrontan hoy en día.
Esta celebración tiene lugar desde 2018, gracias a los esfuerzos del Gobierno de Eslovenia y el apoyo de la Federación Internacional de Asociaciones de Apicultores (Apimondia), que dieron lugar a la resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas por la que se declaró el 20 de mayo Día Mundial de las Abejas.
La fecha elegida para celebrar el Día Mundial de las Abejas es la del natalicio de Anton Janša, pionero de la apicultura moderna perteneciente a una familia de apicultores de Eslovenia, donde la apicultura es una importante actividad agrícola con una larga tradición. En la actualidad, el número de abejas, polinizadores y muchos otros insectos está disminuyendo.
Para las Naciones Unidas el objetivo principal es proteger a las abejas y a otros polinizadores para que puedan contribuir de forma significativa a resolver los problemas relacionados con el suministro de alimentos en el mundo y acabar con el hambre en los países en desarrollo.
Todas las personas dependemos de los polinizadores y por ese motivo, es crucial controlar su declive y detener la pérdida de biodiversidad.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente las abejas forman parte de la biodiversidad de la que todos dependemos para sobrevivir.
Proporcionan alimentos de alta calidad -miel, jalea real y polen- y otros productos como la cera de abeja, el propóleo y el veneno de abeja.
Como señala el histórico informe de 2019 de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), "los textos sagrados sobre las abejas en todas las principales religiones del mundo destacan su importancia para las sociedades humanas a lo largo de milenios".
La apicultura también es una importante fuente de ingresos para muchos medios de vida rurales. Según la IPBES, la abeja occidental es el polinizador más extendido a nivel mundial, y más de 80 millones de colmenas producen unos 1,6 millones de toneladas de miel al año.
Y los polinizadores contribuyen directamente a la seguridad alimentaria. Según los expertos en abejas de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), un tercio de la producción mundial de alimentos depende de las abejas.
Cuando los animales e insectos recogen el polen de las flores y lo esparcen, permiten que las plantas, incluidos muchos cultivos alimentarios, se reproduzcan. Polinizan las aves, los roedores, los monos e incluso las personas, pero los polinizadores más comunes son los insectos, y entre ellos, las abejas.
Las abejas y otros polinizadores, como las mariposas, los murciélagos y los colibríes, están cada vez más amenazados por los efectos de la actividad humana.
La polinización es un proceso fundamental para la supervivencia de los ecosistemas, esencial para la producción y reproducción de muchos cultivos y plantas silvestres. Casi el 90 por ciento de las plantas con flores dependen de la polinización para reproducirse. Asimismo, el 75 por ciento de los cultivos alimentarios del mundo dependen en cierta medida de la polinización y el 35 de las tierras agrícolas mundiales. Los polinizadores no solo contribuyen directamente a la seguridad alimentaria, sino que además son indispensables para conservar la biodiversidad. (Naciones Unidas).
Aquí tienes 10 de los datos más interesantes sobre las abejas que quizás desconozcas. (APIMONDIA)
Las abejas pueden reconocer rostros humanos
. Puede que te sorprenda saber que las abejas pueden reconocer rostros humanos individuales. Lo hacen utilizando sus ojos compuestos para identificar diferentes patrones, como la forma de los ojos y la nariz de una persona. Esta habilidad se ha comprobado en estudios donde se entrenó a las abejas para asociar rostros específicos con una recompensa, como una solución azucarada.
Las abejas bailan para comunicarse.
Las abejas tienen una forma única de comunicarse entre sí. Cuando encuentran una buena fuente de alimento, realizan una danza que indica la dirección y la distancia de la fuente. Esta danza se llama "danza del meneo" y permite a otras abejas de la colonia encontrar la fuente de alimento rápidamente.
Las abejas pueden volar hasta 15 millas por hora
Las abejas son increíblemente rápidas para su tamaño. Pueden volar hasta 15 millas por hora, que es mucho más rápido que la mayoría de los otros insectos. Esto les permite encontrar rápidamente fuentes de alimento y regresar a su colmena.
Una colonia de abejas puede contener hasta 60.000 abejas
Las colonias de abejas son increíblemente grandes, con algunas colonias que contienen hasta 60.000 abejas individuales. Estas abejas trabajan juntas para mantener la colmena, recolectar alimento y cuidar a las abejas jóvenes.
Las abejas tienen cinco ojos
Las abejas tienen dos ojos compuestos grandes y tres ojos simples más pequeños. Los ojos compuestos están formados por miles de lentes individuales, lo que les permite ver en diferentes direcciones al mismo tiempo. Los ojos simples se utilizan para detectar cambios en la luz y la oscuridad, lo que ayuda a las abejas a navegar.
Las abejas pueden comunicarse con otras abejas utilizando feromonas
Además de sus bailes, las abejas también se comunican entre sí utilizando feromonas. Estas señales químicas se utilizan para alertar a otras abejas del peligro, marcar las fuentes de alimento y regular el comportamiento de la colonia. Las abejas melíferas pueden ver la luz ultravioleta, invisible al ojo humano. Esto les permite ver patrones en las flores que se utilizan como guías para encontrar néctar y polen.
Las abejas melíferas son el único insecto que produce alimento para
los humanos
. Además de miel, también producen cera de abejas, jalea real y propóleo, que tienen diversos usos en medicina y cosmética.
Las abejas melíferas pueden vivir varios meses.
Las abejas melíferas tienen una vida relativamente corta; las obreras viven solo unas pocas semanas. Sin embargo, la abeja reina puede vivir varios años y los zánganos, unos pocos meses.
Las abejas melíferas son esenciales para la agricultura.
Las abejas melíferas son cruciales para la agricultura, ya que son responsables de polinizar muchos de los cultivos de los que dependemos para nuestra alimentación. Sin ellas, nuestro suministro de alimentos se vería gravemente afectado.
Las abejas melíferas son criaturas increíblemente complejas y fascinantes. Desde su capacidad para reconocer rostros humanos hasta su singular método de comunicación, aún queda mucho por aprender sobre estos importantes insectos. Comprender mejor a las abejas melíferas puede ayudarnos a apreciar su papel en nuestro ecosistema y a garantizar su supervivencia para las generaciones futuras.