La festividad de San Juan Bautista es el día 24 de Junio, (muy cercano al solsticio de verano, alrededor del 21 de junio), en España es una festividad de celebración múltiple en muchos pueblos, incluso es sacada su figura en procesión en algunos lugares. En algunas provincias de Argentina, esta tradición esta aún muy vigente. 
Muchos son los rituales propios de la noche de San Juan, la víspera del 24 de Junio, pero todos giran en torno al ensalzamiento del fuego. De hecho, este es el festival del fuego por antonomasia, el rey de los festivales del fuego hasta el extremo de que el culto pagano del fuego y las hogueras, se han conservado más que en otras fiestas, y la costumbre popular ha mantenido su práctica incluso dentro del mismo cristianismo, aunque éste no ha podido dar una explicación religiosa convincente de dicho hábito. El gran protagonista de la Noche de San Juan es el fuego, cuyo fin no sólo es rendir tributo al sol, sino también purificar los pecados del hombre. Antiguamente se realizaban fogatas reducidas en las que se calentaban papas o batatas, que luego eran ofrecidas a los asistentes para así asegurarles alimento suficiente durante todo el año. También se arrojaban a las llamas ropas viejas, papeles, y cualquier objeto que representara un mal recuerdo, y así se exorcizaban los malos sucesos de los doce meses anteriores.
Otra costumbre relacionada con la Noche de San Juan es la caminata sobre el fuego. Los devotos preparan caminos de brasas de dos metros de largo por un metro de ancho y caminan descalzos sobre ellos sin sufrir daños. La celebración es acompañada con bailes, comidas y bebidas.
Realmente la noche del solsticio es la del 21 de Junio aunque la Iglesia la ha adaptado a la festividad de San Juan.
Muchas son las creencias que se relacionan con esta mágica noche, e incontables las tradiciones con las que se la celebra, entre las que podemos destacar las siguientes:
Según se cree, en el exacto momento en que el sol ilumina el amanecer del día 24, las aguas de fuentes y arroyos están dotadas de poderes especiales para curar y brindar protección a la gente.
Quien se baña en el rocío que cae esa noche quedará protegido durante todo el año.
Meterse desnudo y de espaldas al mar, mirando la luna, permitirá a quien lo haga obrar ciertos prodigios.
Quien se coloca debajo de una higuera con una guitarra en sus manos puede aprender a tocarla de forma inmediata.
Los solteros y solteras que al comenzar el 24 se asomen por la ventana de su casa verán pasar al amor de su vida.
Si se quema un papel donde se haya escrito aquello que se quiera olvidar, se puede lograr bienestar por todo el año.
Si una mujer se mira desnuda y de espaldas en un espejo, a media noche y con la luz de una vela, verá el momento de su muerte.
Para la familia Oviedo de San Salvador de Jujuy, "esta es una tradición que se lleva adelante hace varias décadas y que a la vez permite recordar a los seres queridos que ya no están y fueron quienes impulsaron esta practica"-
Una costumbre que acompaña la tradición es ofrecer a los vecinos que se acercan a presenciar la fogata una taza de chocolate caliente con masas y facturas para combatir el frio. Risas y anécdotas colman la velada, también hay un momento para recordar a aquellos que no están físicamente pero que aún están presentes en los corazones y en el recuerdo de sus vecinos.  
La noche transcurre alrededor del fuego y mientras las brasas van perdiendo calor y brillo, los vecinos se despiden hasta el próximo año y renovar una vez más esta "linda" tradición.   (foto de tapa archivo)
Sobre San Juan:
A San Juan se le distingue como "el discípulo amado" de Jesús. Era de la ciudad de Galilea, pescador de oficio, hijo de Zebedeo y hermano de Santiago. Junto con su hermano, ambos eran apodados "hijos del trueno" por el Señor Jesús, debido a su carácter impetuoso. Participó con Pedro y Santiago en los episodios más significativos de la vida del Señor. En la Última Cena recostó su cabeza en el pecho de Cristo, por ello se le llama en griego "Epistehios", que quiere decir "el que está sobre el pecho". Autor de tres cartas, de uno de los Evangelios y del Apocalipsis, es llamado "el Teólogo" por la profundidad de sus escritos.

Era el más joven de todos los apóstoles. Sobrevivió a todos los demás, y fue el único que no murió martirizado. San Juan fue el único de los apóstoles que estuvo al pie de la cruz junto a la Virgen María, recibiendo del Señor el sublime encargo de tomar bajo su cuidado a la Madre del Redentor. Entre todos los hijos adoptivos de Santa María, San Juan fue el primero. Luego de la resurrección, fue testigo junto a San Pedro del sepulcro vacío. San Pablo, en su carta a los Gálatas, lo menciona como una de las "columnas de la Iglesia".

La errónea creencia de que San Juan, durante los últimos días de su vida en Efeso, desapareció sencillamente, como si hubiese ascendido al cielo en cuerpo y alma puesto que nunca se encontró su cadáver, una idea que surgió sin duda de la afirmación de que aquel discípulo de Cristo "no moriría", tuvo gran difusión aceptación a fines del siglo II. Por otra parte, de acuerdo con los griegos, el lugar de su sepultura en Efeso era bien conocida y aun famosa por los milagros que se obraban allí.

San Juan murió pacíficamente en Efeso hacia el tercer año del reinado de Trajano, es decir hacia el año cien de la era cristiana, cuando tenía la edad de noventa y cuatro años, de acuerdo con San Epifanio. (ACIPRENSA)