En el marco del Plan de Suplementación de Tapires, una iniciativa de conservación que busca recuperar y fortalecer las poblaciones de esta especie en la provincia, Bartolo, un joven tapir amazónico (Tapirus terrestris), llegó a Jujuy el pasado fin de semana.
Este programa tiene como objetivo reproducir y fortalecer la presencia de tapires en su hábitat natural, contribuyendo a restaurar procesos ecológicos esenciales y garantizar la supervivencia de una especie declarada Monumento Natural Provincial (Ley N° 6332). Comenzó con Killa, una hembra que fue rescatada en 2019 en una finca de la empresa Ledesma, y rehabilitada por el equipo del Centro de Atención de la Fauna Autóctona de Jujuy (CAFAJu) que depende del Ministerio de Ambiente y Cambio Climático.
Los ejemplares de esta especie tienen una gran importancia para el ambiente y los ecosistemas, por los servicios que ofrece como dispersor de semillas y “arquitectos de los bosques”. Actualmente es una especie que se encuentra amenazada y en riesgo, de allí la importancia de desarrollar mecanismos y estrategias para garantizar su conservación.
En este contexto, Bartolo, el nuevo ejemplar de tapir, arribó desde el Ecoparque de Buenos Aires al CAFAJu donde comenzó su proceso de adaptación y consociación con Killa. El tapir nació en libertad en los Esteros del Iberá y fue rescatado en un contexto de desbalance ecosistémico. Tras años de trabajo técnico y análisis ambiental, se identificó en las Yungas jujeñas, en el entorno del Parque Provincial Las Lancitas, un sitio adecuado para su futura liberación junto a Killa, avanzando así en la recuperación de una especie emblemática para el norte argentino.

Etapas del proceso
- Adaptación inicial: Bartolo se encuentra en el CAFAJu, donde inició la consociación con Killa en un ambiente especialmente acondicionado y bajo supervisión veterinaria.
- Aclimatación en corral de pre suelta: Una vez completada esta etapa, ambos tapires serán trasladados a un gran corral en plena selva de Yungas, donde recibirán suplementación de alimento y agua y se habituarán progresivamente al entorno natural.
- Suelta blanda y monitoreo: Con el corral abierto al ambiente, los tapires saldrán por decisión propia. Llevarán collares satelitales para monitorear sus desplazamientos y bienestar, con seguimiento técnico continuo.
- Consolidación poblacional: El objetivo final es que, ya en libertad, la pareja contribuya al refuerzo poblacional del tapir en la región y siente las bases para futuras suplementaciones.
La reintroducción del tapir permitirá restaurar procesos ecológicos que sostienen el ciclo hídrico y la salud de la selva de yungas, ya que es el mayor mamífero terrestre nativo del país y cumple un rol clave como dispersor de semillas: al consumir frutos y desplazarse por la selva nublada, distribuye y “siembra” semillas en sus heces, favoreciendo la regeneración, la estructura y la diversidad de la vegetación, especialmente en zonas afectadas por incendios.
También abre sendas, mantiene bañados y charcas que utilizan otras especies y crea micrositios donde germinan plantas. Por todo esto se lo considera un arquitecto del ecosistema. Su retorno a las Yungas, en el marco del Proyecto de Suplementación, ayuda a reactivar funciones ecológicas degradadas y beneficia a numerosas especies que dependen de una selva nublada sana.

Este proyecto es impulsado por el Ministerio de Ambiente y Cambio Climático de Jujuy, la Fundación Franz Weber, la Subsecretaría de Ambiente del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y el Ecoparque de Buenos Aires, la Fundación Rewilding Argentina, el área protegida privada de Jujuy Ecoportal de Piedra y la Fundación ProYungas, en una articulación técnica y científica que conjuga esfuerzos de conservación y desarrollo territorial.

