La fecha recuerda la crucifixión de Jesucristo y marca uno de los momentos más significativos del calendario litúrgico católico.

Cada año, millones de fieles conmemoran el Viernes Santo como el día en que Jesucristo fue crucificado. La Iglesia Católica lo considera un día de duelo, por lo que se guarda ayuno y abstinencia, en contraste con el Domingo de Pascua, que representa la fiesta de la Resurrección.

Esta jornada forma parte de la Semana Santa, que comenzó en 2025 con el Domingo de Ramos el 13 de abril y culminará con el Domingo de Resurrección el 20 de abril. La Semana Santa recuerda la Pasión de Cristo: los sufrimientos que padeció y que culminaron en su muerte en la cruz.

Una de las prácticas más significativas del Viernes Santo es el vía crucis, una representación de las últimas horas de Jesús en 14 estaciones que recorren momentos claves, desde su condena hasta su sepultura. Estas estaciones pueden vivirse en oración o en procesión y están presentes en iglesias de todo el mundo.

La fecha de la Semana Santa varía cada año. Desde el siglo IV, tras el Primer Concilio de Nicea, se determinó que la Pascua debía celebrarse el primer domingo después de la primera luna llena posterior al equinoccio de primavera en el hemisferio norte. Por eso, puede caer entre el 22 de marzo y el 25 de abril.

Las 14 estaciones del vía crucis, según el Vaticano, representan los momentos centrales de la Pasión de Cristo:

  • Jesús es condenado a muerte.

  • Jesús carga con la cruz.

  • Jesús cae por primera vez.

  • Jesús se encuentra con su madre.

  • Jesús es ayudado por el Cireneo.

  • La Verónica enjuga el rostro de Jesús.

  • Jesús cae por segunda vez.

  • Jesús se encuentra con las mujeres de Jerusalén.

  • Jesús cae por tercera vez.

  • Jesús es despojado de sus vestiduras.

  • Jesús es clavado en la cruz.

  • Jesús muere perdonando a sus verdugos.

  • Jesús es bajado de la cruz.

  • Jesús es colocado en el sepulcro.