En el último año y medio las, y los ciudadanos de argentina son testigos de discursos de odio, odio que en ocasiones es avalado por el poder, que no solo se ejercen a través de las palabras, sino por políticas públicas que vulneran derechos y ponen en riesgo vidas.
Del 1 al 15 de octubre ocurrieron 8 femicidio, según el Observatorio "Ahora Que Si Nos Ven", entre enero y septiembre del 2025 hubo 178 femicidio y 287 intento de femicidios.
El 7 de octubre encontraron sin vida a Diana Magali Mendieta, de 22 años en la provincia de Entre Ríos, su cuerpo fue ocultado dentro de un aljibe, el principal sospechoso es su pareja, Gustavo Brondino, de 55 años, que se encuentra detenido.
Myriam Velázquez de 52 años y su hija, Mariana Bustos, de 25 años, fueron encontradas sin vida en su vivienda el 8 de octubre, en Bahía Blanca, el principal sospechoso es un familiar de ambas, se cree desde la justicia que fue un femicidio con premeditación.
En Santa Fe, el 8 de octubre Solange Johnson , de 26 años, fue hallada con golpes en su cuerpo, en la casa de su pareja Ángel Jesús B. de 36 años, quien se encuentra detenido. Solange había realizado denuncias previas por violencia de género.
El 10 de octubre, Monica Maria Villa de 62 años, la encontraron muerta con 32 heridas punzantes, Carlos Daniel Gomez de 38 años, hijo de la víctima, está imputado y detenido por femicidio.
Luna Giardina de 24 años, y su mamá Mariel Zamudio de 50 años, fueron asesinadas a balazos en Córdova. El agresor y ex pareja de Luna, huye secuestrando al hijo de ambos, fue detenido horas más tarde en Entre Ríos. Pablo Laura, no solo habría cometido los dos femicidio, se investiga la muerte de un remisero que lo trasladaba desde Entre Ríos.
Cuando los discursos de odio son impulsados desde el poder público o privado, dejan de ser solo palabras, se convierten en acciones, en políticas públicas, en violencia legitimada.
En la Argentina el Estado nacional a partir del negacionismo de la violencia de género elimino el Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad, disolvió el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), y propicio el vaciamiento de política inclusivas.
Sin organismos que actúen, que acompañen, que asistan a las víctimas, a las minorías, como freno ante los discursos de odio no solo se amplifican, sino que encuentran terreno fértil en la ausencia del Estado.

