Cada 5 de mayo se conmemora el Día Internacional de la Celiaquía, una fecha para visibilizar esta enfermedad y promover el diagnóstico precoz y la inclusión alimentaria. En Argentina, la conmemoración fue incorporada oficialmente en el año 2014 a través de la Ley 26.947.
La celiaquía es una enfermedad autoinmune que se desencadena por la intolerancia permanente al gluten, una proteína presente en alimentos como el trigo, la avena, la cebada y el centeno. De ahí la sigla TACC, que identifica a los productos libres de esos componentes.
¿Cómo se manifiesta y cómo se diagnostica?
Los síntomas pueden variar entre personas, pero suelen incluir diarrea crónica, vómitos, distensión abdominal, pérdida de peso y en algunos casos, manifestaciones en la piel. “Incluso tiene asociados síntomas a nivel dérmico”, explicó a UnjuDiario la Lic. en Nutrición Emilse Escalante.
El diagnóstico se inicia con un análisis de sangre para detectar anticuerpos al gluten y a proteínas específicas del intestino. “Si esta prueba resulta positiva, es probable que se realice una biopsia del intestino delgado”, agregó.
Alimentación segura y educación nutricional
Una vez confirmado el diagnóstico, el tratamiento es exclusivamente dietético. Eliminar el gluten de manera estricta y permanente es clave para evitar daños intestinales. En este sentido, el acompañamiento profesional es fundamental para realizar un plan alimentario sin TACC y sobre todo "educar al paciente en relación a la variedad de alimentos que puede consumir, la forma de almacenamiento, la elaboración o cómo leer el etiquetado nutricional”, explicó la nutricionista.
“Los alimentos que no pueden consumir las personas celíacas son aquellos que contienen trigo, avena, cebada o centeno, y los que lo podrían contener en su elaboración. Por eso se educa al paciente sobre sus alimentos seguros: no solo los que conocemos que no contienen gluten (como carnes, huevo, frutas, verduras, algunos cereales o legumbres), sino aquellos que lo confirman mediante un etiquetado nutricional, con un logo particular y sobre todo a la vista en cualquier alimento industrializado”, detalló.
Contaminación cruzada y desafíos cotidianos
Además de evitar los alimentos con gluten, se debe tener especial precaución con la contaminación cruzada, es decir, cuando un alimento sin gluten entra en contacto con otros que sí lo contienen.
“Cuando consumo mi alimento libre de gluten en un lugar donde se elaboran o preparan alimentos que sí lo contienen, puede contaminarse ese alimento ‘seguro’. El término contaminación cruzada es muy amplio, sobre todo en personas que son altamente sensibles al consumo de gluten”, remarcó Escalante.
A pesar del crecimiento de la oferta de productos sin TACC, quienes tienen esta condición enfrentan dificultades económicas y de acceso, por eso “los Licenciados en Nutrición jugamos un papel muy importante al brindarle al paciente información acerca de alimentos seguros, formas de crear un plan alimentario adecuado y los productos disponibles en el mercado”, señaló.
Finalmente, la profesional subrayó la importancia de realizar un diagnóstico temprano para prevenir complicaciones a largo plazo, "cuidar la salud intestinal y poder tener una mejor calidad de vida”.