Tras décadas de trabajo científico, ya está disponible Vaccimel, la primera vacuna terapéutica desarrollada por un equipo de investigadores argentinos para tratar el melanoma cutáneo.
Vaccimel no tiene como objetivo prevenir el melanoma, sino ofrecer una herramienta terapéutica para quienes ya fueron diagnosticados con melanoma en estadios tempranos. Está indicada para pacientes con melanoma en estadios IIB, IIC y IIIA, luego de extirpar el tumor, cuando existe riesgo de recaída.
"Desarrollamos una vacuna que aporta antígenos al paciente para que su sistema inmune pueda detectar que tiene células tumorales. Es una inmunización terapéutica. No es preventiva", explicó a medios nacionales el Dr. José Mordoh, investigador del CONICET en el laboratorio de Cancerología de la Fundación Instituto Leloir y líder del equipo.
La vacuna se basa en inmunoterapia, es decir, estimula al sistema inmune para que reconozca y destruya eventuales células tumorales residuales. Según explica el Laboratorio "Pablo Cassará" responsable de su producción, se aíslan células T del sistema inmunológico, se expanden y modifican para “entrenarlas” a atacar células de melanoma, y luego se retornan al paciente.
El tratamiento completo implica 13 dosis durante dos años — con una primera etapa de dosis más frecuentes y luego espaciadas — para generar una respuesta inmune sostenida.
De este modo el sistema inmunitario comienza a generar una variedad de “clones” de linfocitos capaces de reconocer distintos antígenos tumorales, lo que multiplica las chances de identificar y eliminar células malignas, incluso micrometástasis.
En un estudio clínico de fase II se comparó Vaccimel con el tratamiento estándar con interferón. Los resultados fueron que la mediana de sobrevida libre de metástasis (tiempo sin aparición de nuevos focos de tumor) fue de 96 meses para quienes recibieron la vacuna, contra apenas 13 meses en quienes recibieron interferón.
Además, la vacuna mostró un perfil de toxicidad mucho más bajo que los tratamientos convencionales, lo que representa una mejora tanto en eficacia como en calidad de vida.
Según reportes recientes, la eficacia ronda un 72,8 % en ensayos clínicos, situando a Vaccimel por encima de muchas terapias tradicionales.
Vaccimel ya fue aprobada por la autoridad regulatoria nacional ANMAT y desde finales de 2025 está disponible en centros oncológicos especializados de Buenos Aires, con planes de ampliar su distribución hacia otras provincias, ya que se trata de un tratamiento que requiere prescripción médica oncológica y atención en centros habilitados, y no se consigue en farmacias comunes.
El director del Laboratorio Cassará, Jorge Cassará dijo en declaraciones a medios nacionales que esta vacuna "representa un éxito de la ciencia y la industria argentina”.
"Esta vacuna es una prueba concreta de que invertir en ciencia nacional puede traducirse en avances reales, en tratamientos efectivos y en esperanza para muchas familias", agregó.

