Cada 18 de mayo, los argentinos conmemoran el Día de la Escarapela, una fecha que refuerza el orgullo patrio y el sentido de identidad nacional.
El origen de la escarapela se remonta a 1812, cuando el general Manuel Belgrano propuso su adopción para identificar a las tropas revolucionarias. El Primer Triunvirato oficializó su uso el 18 de mayo de ese año, convirtiéndola en uno de los primeros símbolos patrios.
En plazas, calles y redes sociales, miles de argentinos lucen la escarapela celeste y blanca, como muestra de orgullo y pertenencia. La fecha fue establecida oficialmente en 1941, aunque su celebración fue propuesta años antes, en 1935 lo resolvió el Consejo Nacional de Educación.
Hoy, la escarapela es protagonista en actos escolares, desfiles y redes sociales, donde miles la exhiben con orgullo. Más que una tradición, la fecha invita a reflexionar sobre la identidad colectiva y reafirmar el compromiso con la historia y los valores fundacionales de la nación.