La Secretaría de Educación aprobó el Crédito de Referencia del Estudiante (CRE), que considera el tiempo total de dedicación y reemplaza el modelo basado solo en horas de clase.

La Secretaría de Educación, dependiente del Ministerio de Capital Humano, aprobó mediante resolución una reforma clave en el Sistema Argentino de Créditos Académicos Universitarios (SACAU), que impulsa una transformación en los planes de estudio de carreras de pregrado y grado en todo el país. A partir de ahora, se implementará el Crédito de Referencia del Estudiante (CRE), una nueva unidad de medida académica que prioriza el tiempo real de dedicación de los estudiantes.

La Ing. Susana Álvarez, Secretaria Académica de la Facultad de Ciencias Agrarias, brindó detalles en UNJu Diario sobre el sistema de créditos y su impacto en los diferentes planes de estudio.

Sobre el tema, Álvarez aseguró: "Una disposición fue aprobada en noviembre del 2023, en términos generales mantiene la misma la misma lógica, el mismo objetivo, que es que estos Créditos de Referencia de Estudiantes, que se denominan CRE, representan un valor organizador para el diseño y para el rediseño de los planes de estudio, por ahí no todo el mundo conoce, pero los actuales planes de estudio se organizan en función a espacios curriculares con determinadas cargas horarias".

Sobre cómo afectaría a los diferentes planes de estudio, Álvarez explicó: "Lo que plantea esta nueva normativa es traducir los planes de estudio, que están actualmente en horas y realizar las equivalencias en créditos. ¿Qué diferencia tiene el crédito en relación a la hora como tal como la conocemos? Básicamente contempla estos créditos tanto, las cargas horarias de interacción entre el estudiante y el docente, o sea, las cargas horarias de clase, como una estimación de la carga horaria que ese estudiante necesita para aprobar ese espacio curricular".

Al ser consultada en los cambios para los docentes, Álvarez detalló: "Esta nueva resolución dispone que cada crédito está en un rango de 25 a 30 horas de ese trabajo total, esa carga horaria total, entonces, ahora se traducen las cargas horarias de las materias, que eran las horas de clase a estos créditos".

"También es importante para la planificación curricular, o sea, también el docente, el equipo docente de un espacio curricular, tiene que tomar conciencia y los créditos también le van a ayudar al docente a tomar conciencia de la cantidad de actividades extracurriculares que le puede pedir a ese estudiante en función al tiempo estimado que tiene esa materia en cuanto a horas adicionales a las de clase".

Álvarez destacó que este cambio permitiría a los estudiantes una mejor planificación para cursar una carrera: "Es importante porque visibiliza la necesidad de planificación y de organización por parte del estudiante para poder realmente cumplir los objetivos que él se plantee a principio de años, si él quiere hacer todas las materias de ese cuatrimestre, o de ese año, porque tiene el tiempo necesario o puede evaluar en función a los árboles de correlaciones de las materias, cuáles le conviene hacer en función a que trabaja, tiene familia a cargo, entonces puede planificar su trayecto formativo y ser más efectivo en su avance en la carrera, más allá de las limitaciones que puede tener en relación al tiempo".

Sobre cómo afectaría a la movilidad estudiantil, Álvarez explicó: "Lo que permite el crédito es una mayor flexibilización y mayor movilidad de los estudiantes, ya que en los procesos de reconocimiento, hace que sea más factible, inclusive en este sistema, el Sistema Académico de Créditos Universitario Argentino, está alineado a los sistemas de crédito de otros sistemas educativos, como el europeo por ejemplo".

Álvarez también explicó que la Facultad de Ciencias Agrarias ya implementó este sistema en el plan de estudios de Agronomía: "Nosotros en el nuevo plan de estudio de Agronomía, que entraría en vigencia el próximo año, ya hemos incorporado el sistema de créditos, o sea, están los dos parámetros, está el parámetro de cargas horarias tal como lo conocemos, y a su vez están las equivalencias en cuanto a las estimaciones que se hacen de la carga horaria total destinada por el estudiante para aprobar cada uno de los espacios curriculares".

"Nosotros no estábamos obligados a implementar en este nuevo plan de estudio, pero considerábamos que al tener ya el marco normativo definido, nosotros hasta nuevos procesos de acreditación iba a ser muy difícil que pudiéramos incorporarlo y eso nos podría dejar en desventaja frente a otras universidades".

Por último, Álvarez reiteró que este sistema visibiliza los indicadores relacionados con el tiempo teórico de duración de las carreras: "Estamos en un tiempo en donde se cuestionan los indicadores de las universidades, por ejemplo, indicadores relacionados a la distorsión en el tiempo teórico de duración de las carreras y el tiempo real, nosotros tenemos, por ejemplo, una carrera con un tiempo teórico de duración de cinco años, pero sabemos que efectivamente el 80% de los estudiantes no pueden realizar la carrera en ese tiempo teórico".

"Este sistema llega también como para visibilizar que, la realidad muchas veces no depende exclusivamente de los esfuerzos o que la mejora de estos indicadores, no depende de los esfuerzos que puede hacer la universidad, que seguramente siempre estamos activos, preocupados, disponiendo nuevas normativas y reglamentos que faciliten a estos estudiantes que trabajan el no perder las materias, generando bandas horarias especiales y demás, que se acerquen opciones, pero en muchos casos depende de estas otras situaciones, que en contextos complejos como el actual, en donde las crisis económicas llevan a que los estudiantes tengan que buscar formas de sostener, muchas veces su propio estudio, porque la familia no les puede ayudar, entonces, sabemos que eso atenta, obviamente, a que un estudiante se reciba en el tiempo teórico de la carrera".