Cada 10 de abril se celebra en Argentina el Día del Investigador y la Investigadora Científica, en conmemoración del nacimiento del doctor Bernardo Houssay (1887-1971), figura clave en la historia de la ciencia nacional e internacional. Houssay marcó un antes y un después con sus aportes a la fisiología y su incansable trabajo por el desarrollo del conocimiento en nuestro país
Fue galardonado con el Premio Nacional de Ciencias en 1923, fundó el Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME) en 1944, y al año siguiente publicó su célebre tratado de fisiología humana, conocido como la “Fisiología de Houssay”, obra que posicionó a la Argentina en la escena científica global. Su mayor reconocimiento llegó en 1947, cuando obtuvo el Premio Nobel de Medicina y Fisiología por descubrir el papel de la hormona del lóbulo anterior de la hipófisis en el metabolismo de los hidratos de carbono, hallazgo que revolucionó el tratamiento de la diabetes. Fue el primer latinoamericano en recibir un Nobel científico.
En su honor, la UNESCO instituyó en 1982 el 10 de abril como el Día Mundial de la Ciencia y la Tecnología, en reconocimiento a su legado.
Ciencia en emergencia: recortes y resistencia
A pesar de ese legado, hoy la ciencia argentina enfrenta una grave situación. En 2024, la inversión estatal cayó un 32%, comprometiendo el funcionamiento de institutos, la continuidad de proyectos y las condiciones de trabajo de quienes investigan.
“Es importante hoy reivindicar la labor de quienes ponen su energía en encontrar, no sólo respuestas, sino formas de afrontar las dificultades en distintos ámbitos de la vida cotidiana. Muchas veces se desconoce la complejidad de los procesos que abordan los investigadores, y por eso es fundamental visibilizarlos. Y también es clave que sea la universidad pública la que garantice la posibilidad de que miles de personas puedan participar en la producción y promoción del conocimiento científico”, destacó el docente en investigador de la UNJu, Fernando Vidal, en diálogo con nuestro medio.
La docente universitaria y referente gremial Analía Herrera Cognetta también subrayó el rol estratégico que cumple la ciencia en el país:
“La influencia de la labor de los/as investigadores científicos en nuestro país es trascendente y primordial, atraviesa, sostiene e impulsa la evolución en todas las áreas, desde la ciencia propiamente dicha hasta las actividades cotidianas”, expresó.
Además subrayó que
“El desarrollo de la ciencia y la tecnología significan trabajo y producción para el país. Impulsan los cambios en la matriz productiva, agregan valor en los bienes industriales y en los servicios mediante el desarrollo tecnológico y la innovación. Generan empleo, garantizan derechos básicos como la salud, la educación, el trabajo, la seguridad y el ambiente. Y, sobre todo, permiten alcanzar una mayor soberanía científica y tecnológica, para decidir con autonomía en todas las áreas estratégicas del país”.
Para la docente es fundamental entender que “la ciencia no puede depender del color político de turno. Se necesitan políticas de Estado sostenidas en el tiempo, que protejan y proyecten el sistema científico con visión a largo plazo”.
¿Qué investigan hoy las y los científicos argentinos?
A modo de homenaje y como muestra del impacto real que tiene la ciencia en la vida cotidiana, el CONICET compartió una lista con algunos de los desarrollos más relevantes del último año. También la química y divulgadora científica Valeria Edelsztein, junto al doctor en filosofía Claudio Cormick, difundieron en redes sociales 22 logros científicos argentinos de 2024.
Aunque el listado es incompleto y arbitrario, reflejan el talento, el compromiso y la potencia transformadora de nuestro sistema científico. Entre los avances se destacan:
- Secuenciación del genoma de la chicharrita del maíz, clave para combatir esta plaga agrícola.
- Primer test nacional de antígeno para dengue, aprobado por ANMAT, que detecta los 4 serotipos del virus.
- Hallazgo en Santa Cruz del renacuajo fósil más antiguo del mundo (165 millones de años).
- Extensión de la vida útil de la Central Nuclear Embalse con tecnología nacional.
- Avances en cáncer hematológico con el descubrimiento del rol de la proteína Gal-1.
- Descubrimiento de rayos gamma en nebulosas protoplanetarias.
- Primer mapa continental de murciélagos transmisores de rabia.
- Método para detectar hidrocarburos usando peces autóctonos.
- Tecnología no invasiva para revelar huellas dactilares con luz polarizada.
- Kit genómico para cáncer de próstata que predice su agresividad.
- Avances en el estudio del virus del Zika.
- Descubrimiento de tres nuevas especies de dinosaurios en Patagonia.
- Estudio sobre el impacto del calor extremo en la fertilidad masculina.
- Enzima que mejora la conservación de semillas.
- Secuenciación del genoma del Malbec, para mejorar su calidad.
- Papa transgénica resistente al virus PVY, que ahorra millones a productores.
- Premio internacional a un método computacional que optimiza el diseño de medicamentos.
- Detección de ADN de sífilis en restos arqueológicos precolombinos.
- Evidencias de interacción humana con megafauna, que modifican la cronología histórica.
- Identificación de moléculas clave para tratar el síndrome urémico hemolítico.
- Lanzamiento de la vacuna ARVAC Cecilia Grierson contra el COVID-19, 100% nacional.
- Primera campaña arqueológica en las Islas Malvinas, con participación de veteranos.
Investigadoras e investigadores que transforman realidades
- María Pía Taranto (CERELA): desarrolló la cepa probiótica CRL1505, base del “Yogurito” escolar que refuerza el sistema inmune en niñas y niños.
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Andrés Wigdorovitz (Bioinnovo/INTA): creó la primera vacuna contra la Diarrea Viral Bovina.
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Paula Schaiquevich (CONICET – Hospital Garrahan): investiga tratamientos para el retinoblastoma metastásico, un tipo de cáncer ocular infantil.
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Celia Rosemberg (CIIPME-CONICET): lidera un programa de alfabetización temprana en contextos vulnerables y comunidades originarias.
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Federico Daray (CONICET – UBA): desarrolló la app CALMA, para prevenir el suicidio adolescente.
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Hugo Menzella (IPROBYQ): diseñó enzimas industriales exportadas internacionalmente.
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Ezequiel Nazer (IFIBYNE – CONICET): estudia mecanismos genéticos involucrados en el cáncer de mama.
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Diego Guido (UNLP – CONICET): fundó una empresa que mejora la eficiencia en la exploración minera.
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Raquel Chan (IAL – UNL): creó el gen HB4®, que otorga tolerancia a la sequía en cultivos clave como soja, maíz y trigo.
- Noelia Palacios-Victoria Flexer: Investigadoras jujeñas que han realizado avances significativos en el desarrollo de métodos innovadores y sostenibles para la extracción y purificación del litio, permitiendo reducir el uso de agua dulce en la separación del litio de la salmuera, sin requerir reactivos químicos externos, lo que lo convierte en una alternativa más ecológica y eficiente para la industria.
La ciencia argentina sigue produciendo conocimiento, generando soluciones, y apostando por un país con más justicia social y soberanía tecnológica. Defenderla es una decisión política, pero también un compromiso con el futuro.